lunes, 16 de noviembre de 2009

Padre casi

Mi madre me amó tanto que aunque éramos seis, con ella siete y con mi padre casi ocho; jamás me dio once en la taza sin oreja. Sumergía la única bolsa de té zamba primero en mi taza, luego en la de mis hermanos y al final en la de ella, cuando ya el té apenas teñía el agua.

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