Ahora comprendo porqué los pájaros vuelan y es que su fragilidad originaria, su brevedad existencial, parece haber sido divinamente compensada con la asombrosa y magnánima capacidad de volar. De anidar en los altos riscos, en las sublimes cumbres, en las empinadas montañas, de planear a voluntad en el espacio y contemplar desde allí con amplitud la inmensidad de las infinitas llanuras, de rebatir con cánticos mágicos, ritmados y divinos, el murmullo eólico del viento, en los tupidos bosques abrazados sólo por Dios, desde tiempos remotos ya Icaro nos inspiraba con su artesanal y febril añoranza de conquistar el cielo.
Los enamorados tienen más opción de hacerlo creo yo, por las maripositas que se sientes a veces en el vientre, que no son más que el reverberante de un vuelo trascendente en aquel gran fondo significante. Los pájaros parecen llevarnos ventaja en cuanto a todo, nos miran siempre desde arriba y pese a su fragilidad constitucional parecen mas sabios que nosotros, conocen hasta las palabras que echamos al viento, conocen el lenguaje de los árboles y cohabitan con las nubes, nos trascienden pues y aunque son tan frágiles como muchas otras criaturas, permanecen indómitas quizás entre otras cosas por su capacidad aérea, eso las vuelve especiales, han logrado escapar a la subordinación del hombre, quien por más que quiera volar deberá conformarse con una limitada recreación de tal don… De allí que los pájaros nos ganen en sabiduría. Con su lenguaje silbado, nos dictan cátedras de advertencia cada amanecer, inspiradas declaraciones desde lo alto de las frondosas copas. Llevando su vida en las alas casi todo el tiempo, dejaron atrás la mitología escandinava y los alados trovadores ya no son comprendidos, peor aún, ni siquiera escuchados. La mística lengua verde, con sus relumbrantes narraciones, ya no es más una revelación y que mal por nosotros, que no podremos acceder a ella y nada sabremos de sus asambleas perfectamente organizadas, por que los pájaros, no emigran, noo; sólo van a un simposium que para hacerlo accesible a nos, deberíamos al menos livar algunas gotas de sangre pura de dragón, que sólo en serendipias podríamos encontrar. Destronando el velo infranqueable y crónico, que nos aparta de la fuente fecunda de los estados sencillos. oohh Minerva, zuzúrrame las palabras que canta y declara el ave iluminada, que quiero re-citar poemas.
La iteración lingüística que posibilita la interacción, es como repetir un rosario, en busca del anhelado trance que me lleve a lo simbólico, al encuentro con lo indecible, movilizada por la brecha empinada de lo imposible de nominar, se acerca a penas a la orilla sólo para percibir vestigios desde lo real, fondo significante donde confluyen todos los cantos.
Los pájaros parecen haberse robado el ruido de la ciudad en un instante, trinos centinelas de nuestras pertenencias simbólicas, que caen a la cara, y aunque quise memorizarlas, mi mente se cerro dejándolas afuera, muros de utopía, dejenme ser ruin, me gusta picarme la nariz, y hacerle feas muecas a los bebes pájaros cuando sus madres se distraen, para hacerlos confesar
Hay muchas cosas que tiene lugar frente a nuestras narices, pero no podemos verlas, miramos desde la sombra como brilla el sol en la montaña, que bello sería inundarse de su luz...y vuelvo a pensar: Pero siendo tan pequeños, con una musculatura tan pequeña y frágil, de donde sacan tan fuerza para cantar?, el fondo de su fortaleza parece angélico. Parece una partitura esculpida desde el cielo. Criaturas mágicas, en tanto inescrutables.
Las palomas en el otro extremo, otrora simbolo de paz, hoy muy despreciadas criaturas, por constituir una plaga urbeca, que anida en los rascacielos. Impetuosas que a tu paso se atraviesan sin respeto., que te aletean en el rostro y hay que esquivarlas o te pasan de largo. Sin duda el hombre les ha contagiado y corrompido, quien las manda a vivir tan cerca nuestro.
y pensar que yo amé a una que rescate en los bosques, conmovida por su exótica fragilidad, pero aqui te las encuentras por miles y si no las esquivas te atropellan.
domingo, 11 de octubre de 2009
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